El docente debe ser un líder en su aula, pues
tiene la obligación de buscar las actividades significativas que desencadenen
aprendizajes, además deben saber, reconocer y encontrar las formas de
aprender de cada uno de sus alumnos. Debe también hacerse responsable de
los resultados académicos que obtiene cada uno. Un liderazgo de los profesores
debe ser eficiente y oportuno, no solo provocará importantes cambios en el
aprendizaje de sus estudiantes, sino que, además, posibilitará positivos
cambios al interior de las unidades educativas, cambios que rescaten lo mejor de
una institución y la guíen en el tiempo y el desarrollo con los cambios
necesarios para potenciar esas fortalezas y dejar atrás las debilidades.
“En definitiva, el concepto
de liderazgo del profesor favorece una nueva visión de la escuela como cultura
socialmente construida y permite una ruptura con los modos individualistas de
trabajo, favoreciendo el trabajo compartido y afianzando la idea de la escuela
como una comunidad educativa”
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